Hasta 1952, nadie sabía qué procesos físicos estaban ocurriendo en un cerebro dormido. La mayoría de los científicos pensaban que el cerebro dormido era inerte, tranquilo e inactivo. Fue entonces cuando un estudiante graduado de Chicago, Eugene Azerinsky, registró un electroencefalograma con su hijo dormido de ocho años para "escuchar" lo que su cerebro dormido diría.
Aparato arreglando sueños
El electroencefalograma captura las corrientes eléctricas débiles producidas por las células cerebrales. El dispositivo electroencefalógrafo registra las fluctuaciones de esta corriente en una cinta de papel de bobinado.
Lo que descubrió lo sorprendió mucho. Cada pocas horas de sueño, el bolígrafo comenzó a dibujar curvas verticales sobre papel a un ritmo loco. Al mismo tiempo, los ojos del niño bajo los párpados cerrados comenzaron a moverse rápidamente. Durante una de estas explosiones de actividad eléctrica, Azerinsky despertó al niño y le dijo a su padre que en ese momento tenía un sueño.
Hecho interesante: aproximadamente el 20 por ciento del tiempo que dormimos, soñamos.
Fases del sueño
Es especialmente fácil para nosotros recordar un sueño si nos despiertan en el momento en que lo vemos. Azerinsky descubrió la fase de movimientos oculares rápidos en el sueño, es decir, cuando una persona sueña. Cuando su gato o perro en un sueño comienza a moverse debajo de los ojos cerrados por los párpados y al mismo tiempo sus patas comienzan a temblar, esto significa que su mascota puede estar soñando.A veces, un perro incluso comienza a ladrar o quejarse.
Entre períodos de sueño con movimientos oculares rápidos, las ondas eléctricas del cerebro son lentas y suaves, como podría esperarse de un cerebro dormido. Pero durante esta fase, durante los sueños, la actividad eléctrica del cerebro se vuelve similar a la actividad eléctrica del cerebro despierto.
Sin embargo, como sabemos, los sueños son muy diferentes de lo que llamamos la vida real. Las pesadillas están llenas de fantasmas y monstruos. E incluso en los buenos sueños, ocurren eventos muy extraños, extraños y que cambian el tiempo, acumulados en completo desorden. En un sueño, puedes ver monedas brillantes dispersas en el suelo, pero si intentas recogerlas, tropezarás con piedras inútiles.
¿Cómo sueñas y por qué son necesarios?
Los sueños parecen tener una estructura divertida y espasmódica. Al despertar, estamos perplejos sobre qué relación tiene una parte del sueño con otra. Durante el sueño mismo, sus elementos pueden tener un significado sobrenatural muy profundo para nosotros. Martin Zeligman, psicólogo de la Universidad de Pensilvania, desarrolló una teoría que intenta explicar por qué esto es así y para qué sirven los sueños.
Según la teoría de Zeligman, un destello de actividad eléctrica del cerebro durante un sueño provoca una aparición inesperada de la imagen. Cada nuevo flash provoca una nueva imagen. Las imágenes cambian durante 10-30 minutos, lo que continúa un sueño típico. La primera imagen es, por ejemplo, un árbol gigante, la segunda es una casa antigua.El cerebro, tratando de crear significado a partir de tonterías, teje cada nueva visión en una cierta narrativa. Puede ser divertido, triste o aterrador. Depende del estado emocional de la persona que está soñando.
Este proceso de incluir todo tipo de cosas en una trama narrativa más o menos coherente también se produce con influencias externas en el cerebro dormido. Sonó una alarma en tu mesita de noche. En su sueño, puede sonar una campana en el mismo segundo, anunciando el final del horario escolar. El cerebro de alguna manera puede incorporar instantáneamente un estímulo externo en la trama del sueño.
Hecho interesante: los gatos y los perros también sueñan. Esto se puede juzgar por la contracción de los ojos de los animales dormidos.
¿Por qué tienes sueños?
Los científicos han estado estudiando sueños durante muchos años y están aprendiendo cada vez más sobre cómo soñamos. Pero aún se desconoce por qué los vemos. Sin embargo, Zeligman cree que su teoría puede arrojar algo de luz sobre las razones por las que estamos soñando por la noche. Tal vez los sueños son una práctica para dar sentido al mundo que nos rodea. Todos los días nos vemos obligados a clasificar e interpretar eventos y emociones: debemos poner nuestras vidas en algo único y completo. Y todas las noches entrenamos en este arte.
Zeligman cree que desde estas posiciones se puede explicar por qué los niños pequeños duermen y sueñan casi todo el día: aprenden a aprender un nuevo mundo enorme de imágenes, ideas y sentimientos por ellos.